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Historia de la produccion de la Naranja en Atotonilco el Alto, El Milagro Citrico.

​Ante la falta de información sobre el tema en el internet, me he tomado el atrevimiento de resumir lo más posible y subirlo, para que las nuevas generaciones conozcan parte de la historia que se vio reflejada en el contexto nacional a través de nuestra canción himno en ese Atotonilco de naranjos en flor.

Atotonilco en 1900 contaba con unos cuatro mil habitantes, abundaba el agua y tenía campos de riego; producía naranja, lima, guayaba, plátano y otras frutas y verduras; contaba con molinos de trigo y linaza; además, era notable el cultivo del café y la producción de panocha (piloncillo), para la que contaba con 6 ingenios en el pueblo y en las haciendas. Y es que después de la intervención francesa se habían avecindado en la población algunos franceses (que habían instalado almacenes y otros negocios al estilo europeo) e ingleses, como Frank Skot (que se hizo llamar Francisco Escoto), quien se casó con María Guadalupe Magaña (papas de la profesora) y plantó en 1875 en rincón del molino los primeros naranjales.

Al finalizar el siglo, el camino Atotonilco - La Barca, se veía atestado de mulas de carga que trasportaban naranja y otros productos que el ferrocarril llevaba a los EU, sobre todo a Kansas City, pero también a San Luis Missouri, Chicago, New York y Canadá. En plena época porfirista. En ese año de 1900 Atotonilco era el principal exportador de naranja del país con 150 furgones, que pasarían luego a 198 dos años después; asimismo la exportación de guayaba era de 7 furgones y poco menos de lima. Por eso se proyectó un ferrocarril desde Ocotlán, luego se pensó en la vía La Barca - Margaritas - Atotonilco, pero al final prevaleció el primer proyecto, que llegó en 1907.

​Las exportaciones y el tren cambiaron a Atotonilco. Varias familias acumulaban buenas ganancias y la población se convirtió en un punto de enlace comercial indispensable para el resto de los Altos de Jalisco.

En ese contexto, podemos decir según la historia, que los señores. Florencio luna, Juan P. Sahagún, Cruz Córdoba, Severo Velázquez, Abraham Ibarra, Cenobio González y Atanasio Becerra eran de los mas notables productores de naranja.

Con el boom de las exportaciones llegaron los dólares y la economía local estaba en bonanza, de tal suerte que el centro de la población se llenó de casas señoriales de dos pisos, mientras que alrededor se agrupaban las de adobe y teja y más afuera las de piedra y zacate.

La gente se acostumbro a la buena vida a los días de campo, y a recibir a los visitantes al «jardín de Jalisco», (después conocido como Vergel de Jalisco) y a brindar con el vino de naranja, hasta que llegó la mosca, que fue el pretexto para que los estados unidos prohibieran la importación de fruta de México en 1913; era así el fin del milagro cítrico de México, aunque la producción continuaría por algunos años mas. Lo que quiere decir que paso todavía un buen tiempo para que los naranjales de Atotonilco desaparecieran. Posteriormente en la canción himno que compusiera el Dr. Juan Jose Espinosa, cantamos en ese atotonilco de naranjos en flor.

Según los datos históricos encontrados, tuvo que intervenir el Gobierno Federal ante el delicado problema que se presentaba en nuestro municipio. Fiel testimonio es la documentación digitalizada que tiene la universidad de Nuevo León, de la comisión de parasitología agrícola en el año de 1899 a 1902 en donde consulta a los principales productores de naranja como se ha respondido ante los trabajos de fumigación para destruir lo que se conoció como el gusano barrenador.

Por otra parte y en ese mismo tenor de la información inicial, otra versión sobre la época de oro de la producción de naranjas en Atotonilco el Alto y que es muy similar a la anterior la tiene con motivo del primer congreso La Red de Investigadores Sociales sobre Agua del 18 y 19 de marzo de 2010, de lo que resaltamos lo siguiente:

Philip Terry, quien a principios del siglo XX realizó un viaje en ferrocarril entre Atotonilco y Ocotlán, relata lo siguiente: un ramal del ferrocarril (ramal de Atotonilco) va desde aquí (un tren diario, 1 hora y media) con rumbo al norte a Atotonilco, a 35 km, en una región que produce excelentes naranjas. Cientos de vagones de carga llevan el producto de los vastos plantíos a la Ciudad de México (también a los Estados Unidos), donde hay especial demanda por la fruta. En estas inmediaciones se cultivan algunas deliciosas naranjas (sin semillas). El municipio de Atotonilco el Alto fue conocido por la cantidad de productos alimenticios, que debido a las condiciones topográficas de sus tierras , alimentadas por ricas fuentes hídricas que facilitaba que las tierras fueran fértiles obteniendo grandes variedades frutales especialmente naranjas, café y guayabas, además de verduras y tejidos de algodón y lana, mercancía que era comercializada no solo en la ciudad de Guadalajara, ya que su producción sobre todo la naranja era enviada a Vancouver, Canadá y a New York, EU. El cultivo de la naranja fue uno de los negocios agrícolas más prósperos y de expansión mundial, traída a México por los españoles durante la conquista. La calidad del fruto de la naranja en Atotonilco hizo posible cada vez mayor su industrialización, produciendo, los vinos de naranja rojas y santos tradicionales.

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